Las tentaciones de la curiosidad
Llevábamos un par de horas buscando por entre las paredes de la tour de la Lanterne el rastro de algo que tiene que ver con mi penúltima anotación, con aquella referida al último mohicano, cuando dimos con un grafito firmado por un corsario que decía ser natural del mismo lugar del que somos nosotros. Lo fotografiamos y anotamos su nombre, ¿quién podría ser? -pensamos-, ¿cómo llegó hasta allá?; Sería interesante saberlo…
Dudamos por unos instantes, pero al poco seguimos con nuestra búsqueda.
- Vamos a dejarlo y continuemos con lo nuestro. No permitamos que nada nos distraiga.
Cuando terminamos de revisar lo que había en aquella planta, decidimos subir a la siguiente. Por el camino, mientras dábamos vueltas y vueltas por aquellas angostas y mareantes escaleras concéntricas, di de frente con una curiosa inscripción:
“Paul H. Noe”
Y debajo una fecha que no era otra sino la del mismo día, mes y año de mi nacimiento.
¡Endiablada casualidad!. ¿Quién sería ese hombre?, ¿qué hacía ahí?; en aquél momento sentía la imperiosa necesidad de saber algo de él, averiguar si seguía con vida y enviarle una copia de la foto de esa inscripción que había marcado hace ya tantos años en las paredes de la torre.
¿Qué podemos hacer?.
- Vamos a dejarlo y continuemos con lo nuestro. No permitamos que nada nos distraiga. –volví a repetirme.
Sin embargo, ahora que he vuelto, he decidido hacerlo de manera parecida a la de él, marcando su nombre y mi mensaje en las paredes de esta bitácora, de manera que si los vientos del destino le llevan algún día hasta aquí, sepa que el deseo de perpetuarse que le llevó a inscribir su nombre en una pared, se vio cumplido 40 años después.
Comentarios
Un beso
Acabo de recordar que hace unos años en una cima de una montaña, la más alta de mi tierra, descubrí un mensaje grabado en la piedra de una pareja declarando su amor. El típico corazoncito taladrado y una fecha que perduro a la nieve y al azote del viento: 1972.
Un placer como siempre conocer las señales que encuentras en tu periplo vital. Ah y me alegra que te lleguen los mensajes.
Saludos.
Qué intriga, unida a la curiosidad que indudablemente despierta.
Tal vez aparezca por aquí, aunque por el nombre no parece de habla hispana.
El incidente le debió dar salsa a la visita.
Lo que supone una casualidad como esa lo imagino, y muy bien, pues como cuento en esta anotación, lo he vivido Goathemala. !Qué buen año ese! ¿verdad? ;-) El placer es para mí amigo, que gracias a tu visita por esos terrenos ya lejanos y casi olvidados, parece que todos aquellos momentos adquieren nueva vida, y un poco más de ese sentido diferente que da a las cosas el paso del tiempo.
Lo he hecho hasta cierto punto. He imaginado quién podría haber sido y que es lo que hacía allá ese mismo día. Incluso siguiendo mi tendencia a rastrear toda pista que encuentro en el camino, he dado con alguien que bien podría ser el autor de dicho grafito, y cuyo destino parece casar muy bien con el de otros tantos que marcaron sus nombres y sus pensamientos en aquél mismo sitio siglos antes. Tienes razón, querida amiga Isabel, podríamos imaginarlo y olvidar así, quizá, la realidad.
A saber Ula..., aunque yo hablaría más de vidas cruzadas que de cualquier otra cosa. Para mí, y tengo mis fundadas razones para pensarlo, que el autor del grafito es de origen canadiense. Imagino que si todavía vive tiene unos 70 y tantos años y podría llegar hasta aquí poniendo su nombre en el google. Supongo.
Gracias por vuestras palabras.
Salud
Está en proyecto una escapada este verano hasta La Rochelle. Buscaré en las paredes de la tour de la Lanterne.
Silenciosa, pero sigo pasando, apresuradamente, por este magnífico sitio.
Batir de alas.
Saludos desde mis uffsss
un beso
gracias por tus palabras
Dando vueltas a la imaginación podría ser el comienzo de una novela de intriga y aventura. ¿Por que no te animas? Escribes muy bien y… Yo te animo.
Interesante me ha resultado tu blog, con una narrativa muy buena y estilo sobrio.
Gracias por la visita, eres bienvenido allá cuando gustes.
Dejo Huellas de Besos con Colmillos... V V
Mal lo tenías para saber en una noche de paso de la existencia de todo esto, y más aún con los horarios que se gastan por esas tierras.
Dicen que la magia consiste en dar con la combinación adecuada de palabras, y hacerlo ésto en un momento preciso, de tal manera que produzca un efecto determinado en la persona a quien se dirige.Esto intenté explicar, con muchísima torpeza, al comienzo de esa anotación que titulé "18 años después".Pues bien, no sabría explicarlo, pero ha sido así: amiga Migratoria, tus palabras me han producido una profunda alegría. Gracias pues.
Por cierto, que si te acercas por La Rochelle, lleva la cámara preparada cuando visites cualquera de las tres torres.
La verdad es que sí, Alida, que ha sido una gran casualidad, de esas que te transportan en el tiempo hasta el mismo momento en el que se hizo la inscripción.
Imagino que en cada caso será diferente, bajamar, pero para mí que lo que prima es el deseo de trascendencia, la necesidad de unirse con otros muchos que han ido dejando la señal de su paso a lo largo del tiempo. En ese encuentro, como en todos, hay también una parte de magia.
Tiene los ingredientes necesarios para ser uno de los nudos de una novela, porqué no, aunque con lo disperso que es uno en sus intereses, lo mismo me pierdo por el camino. Bienvenida a esta casa, Chela.
Akasha, bonita introducción, "...y en la fotografía- sigue respirando Paul H. Noe", como decía Chela podía ser el comienzo de una novela.
Como tu bien sabes,querida Vailima, la curiosidad es como un viento que lleva a nuestro entendimiento por los lugares más insospechados, tanto que en ocasiones pueden provocar situaciones bastante interesantes, por lo menos para mí. Espero que lo que pretendo contaros lo sea también para vosotros.
Gracias a todos por vuestra visita.
Salud
Claro que no olvidaré la cámara. Te lo haré saber.
Un beso.
Muchos saludos.
Un abrazo.
Salud