Cuatro del once


Aquél día no fue precisamente el de los grandes hechos, ni siquiera el de los medianos: haciéndolo con claridad podríamos incluso decir que fue un desastre. Si uno revisa lo que dicen de aquél cuatro de noviembre las distintas tablas de efemérides, comprobará que lo que pasó no tenía nada de bueno, sino más bien todo lo contrario. La culpa la tuvieron las condiciones meteorológicas, que parece ser que se esmeraron en cumplir con todas y cada una de las condiciones que hacen posible que se produzca una gran inundación: fuertes lluvias, variación estacional del nivel del mar, siroco, baja presión atmosférica… De libro, que diría algún conocido.

El caso es que en Venecia la Plaza de San Marcos quedó sumergida bajo 1,20 de agua, y el indicador de nivel situado en la punta de la Salute registró una altura récord de 1,94 m. Un informe de la UNESCO cuenta que muchas obras de arte quedaron destruidas, 5.000 venecianos perdieron su vivienda, y el resto vivió durante mucho tiempo con la angustia de que el mar terminara por tragarse la ciudad. Esta marea monstruosa –dice el informe- reveló a los ojos del mundo la decrepitud de la ciudad, y dejó claro el peligro real que representan para ella la frecuencia y la magnitud de la subida de las aguas. Parece ser que estos hechos provocaron por lo menos una toma de conciencia del desolador estado de degradación de la ciudad, sometida a un antiguo y constante proceso de erosión, que se había visto agravado por una negligencia absoluta hasta ese momento.

Todavía se puede ver en algún punto de Florencia una señal horizontal marcada en la pared sobre nuestras cabezas con la fecha de aquél día. Hay otras marcas, pero están por debajo de ella. En aquella ciudad, y en Pisa, el Río Arno se había desbocado inundándolas como no se había visto antes y llevándose por delante más de una obra de arte.

Si uno busca lo que pasó aquél día, no encuentra nada más. Quién sabe si es por eso que mi amigo Josan y yo tenemos una costumbre que, con el tiempo, parece que va convirtiéndose en una de esas a las que acompaña el epíteto de “desde tiempo inmemorial”. Y es que no es para menos.

A mi amigo Josan lo puedo considerar el más viejo de esa reducida hermandad a la que solemos llamar amigos; nos conocimos a pedradas, cuando apenas levantábamos unos palmos del suelo, y desde entonces –con sus más y sus menos, sus lagunas y sus separaciones para volver al punto de inicio-, hemos mantenido la amistad.

Podemos pasarnos horas juntos sin apenas dirigirnos la palabra, sumergidos cada uno de nosotros en sus pensamientos, y de repente romper el silencio para pronto estallar en una interminable sucesión de risotadas. El tiempo y la costumbre hacen que algunas cosas se vuelvan innecesarias –pues las presuponemos de determinada manera al venir de donde vienen-, y parezca que nos burlamos de lo absurdo y el sinsentido.

Mi amigo Josan y yo, como digo, tenemos la costumbre de hacer la siguiente reflexión cuando alguno de los dos cumple años:

- Fíjate, desde aquí al día de tu nacimiento hay el mismo tiempo que desde el día de tu nacimiento hasta….

Y ahí en los puntos suspensivos se coloca a cada año un hecho histórico más o menos conocido, que da idea de la futilidad del tiempo, y lo rápido que pasa no sólo para nosotros sino también para los que han vivido los hechos a los que hacemos referencia.

Así es como recibimos todos los años nuestros respectivos cumpleaños. Desde aquellos en los que comprábamos petardos en “El rey de las fiestas” –templo de la nuestra primera juventud y última infancia-, donde imaginábamos que algún día se colocaría un enorme panel que rezaría:

“Proveedor oficial de Josan y Charles, barrenadores del orden público”

hasta aquellos otros que nos reuníamos en Pamplona para recitar viejas canciones y poemas salidos de tono, en medio de una nube de tabacos condimentados y mesas llenas de vasos vacíos.

- Mira, desde aquí hasta el día de tu cumpleaños hay la misma distancia que de ese día al final de la Segunda Guerra Mundial

- ¡Joder, tío, es verdad!

Aquél año nos interrumpió tan importantes elucubraciones un amigo que se llegó hasta la barra donde estábamos nosotros, desesperado porque la dama de sus sueños le había dado el no a la pregunta que todos imaginamos.

- No te preocupes, le dijo –y mi amigo se levantó, se acercó a la dama en cuestión, y le dijo algo que a ella misma le hizo reir, mirarnos y contestarle con una amplia sonrisa.

- ¡Ya está! –volvió diciendo.

- ¿Qué le has dicho?

- Yo también se lo he preguntado y como a ti me ha dicho que no, así que no te preocupes…

Sin quererlo, el recuerdo de aquella fecha se iba llenando de significados a medida que pasaba el tiempo, y lo que podría ser el simple relato de los acontecimientos más o menos ajenos de las efemérides, se convierte a cada año en un cajón en el que hemos ido metiendo todo aquello que nos ocurre.

- Este cumpleaños –estamos ya en otro año- te toca el estreno de “Casablanca” y la batalla de Alamein.

Creo recordar que aquél era el primero que celebrábamos con nuestras pacientes y abnegadas parejas, y desde entonces hemos sido cuatro los que avanzamos a lo largo de este camino de pérdidas, traslados, triunfos, inauguraciones e, incluso, algún que otro nacimiento.

Y es que así va pasando el tiempo, que no hay mayor síntoma de salud que el verlo transcurrir pausadamente, como si se tratara de una tenue bruma mañanera que intenta avanzar lentamente por entre las ramas de los árboles.

Este sábado –que espero estar pasándolo en un pueblo del Bearn-, vuelvo a cumplir años. ¿Qué es lo que toca ahora?: atrás van quedando las guerras, el continuo conflicto, los olores fuertes y la confusión; poco a poco, uno se siente ir avanzando de manera más relajada sobre un mundo que ya hace tiempo que ha abandonado su primavera, y conoce sobre su cabeza los avisos de las primeras nieves.

Desde el año que nací hasta ahora, hay la misma distancia que desde aquél hasta en el que Roal Amundsen, a bordo del dirigible Norge, se convertía en el primer hombre en viajar por aire de Europa a Norteamérica, atravesando por el camino el polo Norte, y cubriendo en 72 horas una distancia de 5457 kms.

Y es que esto viene al pelo, ya que es ahora el momento de emprender nuevas exploraciones dentro de nuestro ciclo vital, de descubrir otros mundos y buscar en ellos lo que parece que ya ha quedado atenuado en el que hemos vivido hasta aquí.

- Ahora tenemos ante nosotros un nuevo camino que descubrir –me dijo mi amigo Josan mientras acariciaba suavemente la mejilla de su hija.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pasan los días, los años y cada vez consigues abarcar más trozo de historia.

Permíteme esta reflexión a la que me han llevado tus palabras, Charles. Siempre tenemos la sensación de poder encontrar un hecho históricamente destacable en cualquier día del pasado. Seguramente en todos tus cumpleaños habrás tenido un referente histórico simétricamente distante a tu nacimiento, algún acontecimiento importante que con la precisión de un compás se aleja de ese día tanto como tu presente. A veces vivimos con la sensación de estar viviendo momentos menos importantes que en el pasado porque no percibimos la importancia de los hechos acaecidos en el presente.
Pero no hemos de olvidar que cuando la punta del compás se apoye muy por delante de hoy, seguramente la mina marcara este día para alguien.

Y quizá alguien diga alguna vez:
"Fíjate amigo, desde hoy hasta mi nacimiento hay la misma distancia que desde él hasta el día en que Charles de Batz publicó aquel texto, aquel del que extrajimos este juego nuestro"

Felicidades compañero, por todo.
Anónimo ha dicho que…
Quiero dar a conocer un resumen de la parte del diario personal de Nobile, nunca publicado, en la que según relata, el vuelo del Italia y su posterior desaparición en el Artico, no fue sino un montaje preparado con ciertos medios de la prensa italiana y cuyo único objetivo era llevar allí a Amundsen; conocía perfectamente sus reacciones y a pesar de haber tenido diferencias importantes con él sabía de sus principios de caballero aventurero. No era su muerte lo que esperaba, era su inmortalidad para la historia y si no hubiera ocurrido el desastre en esta ocasión lo hubiera vuelto a hacer. ¿Que mejor homenaje le podía hacer que dormir eternamente allí donde alcanzó su mayor gloria?
Cuando Nobile apuntó esto en su diario, ya era un general retirado, abandonado por los altos estamentos políticos, científicos e intelectuales; por la fecha podemos supone que el Alzheimer había iniciado su progresivo deterioro mental. Nunca sabremos a ciencia cierta si estas, casi últimas, notas dicen la verdad o eran simplemente una antigua idea.

Charles, muchas felicidades, disfrútalo con tus seres queridos y con tu amigo Josan, a quien espero ver reaparecer en tus magníficos escritos
Anónimo ha dicho que…
Felicidades Charles por tu cumpleaños (je je je ya he adivinado cuantos te caen) y por el magnifico escrito que has colgado hoy. Disfruta del fin de semana y hasta pronto
Anónimo ha dicho que…
Como siempre, conviertes las palabras en conejos que salen de chisteras sin fondo. Eres un mago y nosotros tus fieles lectores te leemos con la misma atención que un niño pondría al divisar las orejas del mágico lagomorfo.
Conviertes la vida en historias apasionantes que compartimos contigo haciéndolas nuestras.
Felicidades, amigo y por supuesto, que cumplas muchos más.
Anónimo ha dicho que…
No es un recordatorio gozoso, pero si muy literario, la misma distancia se cumple desde que acribillaron a tiros al gangster Arnold Rothstein, personaje real en el que se basó Scott Fitzgerald para crear su Meyer Wolfsheim de "El gran Gatsby".
Felicidades de corazón Charles y espero poder decirte felicidades recordándote en un futuro, por ejemplo, el nacimiento de Marie Curie ;)(Puestos a pedir...)
Charles de Batz ha dicho que…
Gracias por tus felicitaciones Jafa, y te las devuelvo redobladas por el magnífico sitio al que te has trasladado. Recordando, recordando lo que cuentas me ha venido a la memoria la historia de una increible piedra perfectamente pulida y de color azulado que todavía está ahí en Hattusa y que tuve la oportunidad de ver en mi visita a aquél lugar.

Herri, hoy estamos de evocaciones, y para eso no hay mejor ayuda que comentarios como el tuyo. Recuerdo haber leído hace tiempo la historia de una exploración aérea al Polo Norte que terminó mal, pues cayeron sobre una isla de hielo flotante que giraba -sin ellos notarlo- en sentido opuesto al de su marcha, por lo que por mucho que andaran, terminaba siempre en el punto de partida. No recuerdo si fue esto lo que ocurrio a Nobile y la tripulación del Italia o no. Lo que parece quedar claro en todos lo libros es que el señor Nobile era el mejor piloto de dirigibles de su época y eso merece que algún día se hable de ello.

Por cierto que hace poco vi un documental muy bueno sobre Shacklenton muy interesante.

Vailima: muchas gracias; en cierta manera estas historias son tan vuestras como mías. Y ya que de historias se trata, espero traeros alguna de mi viaje este fin de semana al Bearn. Ya os contaré.

Lady: no sólo espero que así sea -lo de celebrar el nacimiento de Mme. Curie-, sino que ójala que sea con el mismo ánimo que lo hacemos ahora. Por cierto, ¿lo de Rothstein fue en 1928?: entonces creo que me has quitado algún año que otro !qué bien! ;-) Gracias.

Salud y Fraternidad
Anónimo ha dicho que…
Encima te hago más joven Charles jajaja. ¡Ay Shackleton! Tuve una época en que me dediqué a coleccionar y guardar todo lo que encontraba sobre él, me quedé enganchada a la aventura del Endurance, supongo que andará en algún cluster perdido de mi ordenador. Hace poco en Valencia, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias ha estado una exposición sobre este viaje y una película.
Raúl ha dicho que…
Felcidades Charles, tu texto es una prueba de que más allá de toda la belleza qeu pueda tener el mundo, los humanos somos capaces de CREAR belleza, entretejiendo los días y correlacionando nuestra vida con el concurrir de nuestra especie y sus sociedades...

De todas las bellezas, yo tal vez prefiero la que surge de buscar la línea casi inexistente que separa la vida del individui de la de las sociedades. Esa lucha desesperada por ser uno mismo, sin negar su mundo, pero sin desaparecer...

Qué bueno que tienes un amigo para celebrar este cumpleaños y para conmemorar una exploración, un vuelo, la apertura de un camino...

Siempre que paso por acá me dan más ganas de excribir, de leer y de aprender... Creo que no te lo he dicho suficientes veces.

Un abrazo!
Raúl ha dicho que…
Por otro lado: Queé buen´post el de "Las Bodas de Fígaro". No me pude despegar hasta el final... Tus post me ponen a leer y a releer y eso me encanta. Tus textos son muy ricos.

Saludos,
Anónimo ha dicho que…
Querido compañero de infernales inclemencias bitacorareras: te deseo un muy feliz cumpleaños y un muy intenso y productivo año lleno hasta la bandera de nuevos posts, para que nosotros los disfrutemos.

¿Cuantos caen? (ah no, que eso no se pregunta, pshh! maleducada!)
Anónimo ha dicho que…
Primero, muchísimas felicidades!!!!

"es ahora el momento de emprender nuevas exploraciones dentro de nuestro ciclo vital". Esto es un buen comienzo. Lo que cuesta a veces es ver los caminos a explorar, sobretodo cuando son algo diferentes.

En fin, estoy hablando también comigo misma. Yo no cumplo, pero estoy sopesando ciclos.

Felicidades!!!
almena ha dicho que…
Feliz cumpleaños!
Y enhorabuena por esa estupenda amistad que se ha mantenido a lo largo de los años.

Un abrazo!

Entradas populares de este blog

Confiar y Esperar

El Diamante y la Venganza (y VI)

3 años después