Damnatio memoriae
"En esta época de mi vida en Pamplona, mi hermano Ricardo me comunicó su entusiasmo por dos novelas: el Robinsón y “La Isla Misteriosa”, de Julio Verne, mejor dicho, La Isla Misteriosa y Robinsón, porque la novela de Julio Verne nos gustaba mucho más que la de Defoe. Soñábamos con islas desiertas, con hacer pilas eléctricas, como el ingeniero Ciro Smith; y como no estábamos muy seguros de encontrar una “Casa de Granito”, Ricardo dibujaba y dibujaba planos y croquis de las casas que construiríamos en los países lejanos y salvajes. Al mismo tiempo pintaba barcos con sus aparejos. Las dos variantes del sueño eran la casa entre la nieve, con las aventuras subsiguientes de ataques nocturnos de osos, lobos, etc., y el viaje por mar. Mucho tiempo me resistí a creer que tendría que vivir como todo el mundo; al último no hubo más remedio que transigir." Pio Baroja, "Juventud, egolatría "