Creación
¡Un segundo! ¿Cómo se puede creer que por verte sólo un segundo mudarán las voces que me animan a marchar?. Ni para tí es posible trocar el lamento afónico del viento por una dulce brisa primaveral... ¿en sólo un segundo? No, no es posible... (Y entonces, abriste tu palma y soplando sobre ella alzó el vuelo, directa hacía mi, una estela dorada con el cálido aroma de tu voz)