Dos meses en el limbo
A medida que pasaban las últimas semanas, he empezado a sentir la imperiosa necesidad de dejarlo todo, de colocar al final de la última de mis palabras un punto y aparte, y cerrar el cuaderno de mis días durante una temporada. Necesito terminar de olvidar algunas cosas, aclarar otras, y dedicar el tiempo que me reste a la lectura y a algunos menesteres más, que de llegar a buen puerto, me darían una alegría… También me iré de vacaciones durante dos semanas a finales de agosto, y, por supuesto, os visitaré a lo largo de todo este tiempo, aunque muchas veces lo haga de manera silenciosa. Esto último, creo que no hacía falta ni decirlo. Así que os suelto mis nubes, y la sombra, y hasta ese rayo que asoma envuelto en una luz brillante, que vuelve a traerme a la memoria aquello que Iñigo Pérez Redondo decía en su poemario “Aniversarios concéntricos”: …Y vuelves a pensar en ello, Atando el aliento A los brazos de tus sueños. Vuelves a pensar en ello… La memoria tiene estos lastres, y a cada...