Al otro lado
Hablan de su tierra como de una mar inmensa, en la que las ondulantes y suaves colinas no son sino el interminable palpitar de sus verdes aguas, que se agitan cayendo y elevándose como el ánimo de un marino que lucha contra la tempestad. Los vientos que cabalgan desbocados sobre aquellas tierras desprovistas de árboles, peinan la hierba a su raudo paso, alternando la brillante espuma verde, con el oscuro mate en el que nunca se ha reflejado la luz del sol. Apenas queda tiempo en ella para la reflexión, y la vida entre sus espumas no es sino un constante viaje de las alturas del cielo a las profundidades del Averno.
Su lengua parece haber sido ideada para hablar a contraviento, retando a la fuerza de los elementos. Es rápida y tajante, para no ofrecer oportunidad al aire de robar una palabra; pero también dulce y musical, como si fuera propia de un marino que a cada instante entona una canción con la que entretener y no sentirse sólo en medio de la tormenta. Es la lengua de los antiguos trovadores, de aquellos que ahora sólo son leyenda. Es la lengua del amor.
Los pueblos, a los que llaman Bastides o Castelnous según fuera su cuna, despuntan en lo más alto de las olas, rasgando el horizonte con la piedra de sus gigantes torres. Allí se imagina uno, como si de una cofa se tratara, al vigía pasando su vida en la soledad de aquellas alturas, atento a la lejanía, mientras marca en la piel de sus muros el testimonio de su nombre y poco más; pues ese silencio en el que nos esperan aquellas palabras, parecen querer invitarnos a adivinar lo que para su autor era lo más sabido y, a la vez, lo más incierto: su propia existencia.
Visitamos Lectoure por primera vez hace tres años, justo después de que alguien me recomendara que volviera a escribir todo aquello que se me pasaba por la cabeza. De aquella primera visita quedaron estas líneas sobre la tierra de los gascones, y un par de buenas amistades que ahora, después de tanto tiempo, volvía a encontrar en el mismo lugar donde las dejé, en la barra del Café de La Poste, a las horas en que otros de sus vecinos encienden el televisor para reposar la cena.
- ¿Así es como lo ves todavía? – me dijo Jacquou, mostrándome, oculto entre avisos, anuncios y notas que estaban pegadas en el enorme panel de la pared, el manuscrito que dejé entonces como un torpe esbozo de lo que quería empezar a ser el ejercicio de la escritura.
- Si. Así es como siento que me veré cuando todo esto pase, desde allá, al otro lado del espejo.
Comentarios
Vere, en cierta manera así fue y gracias a ese "motivo" puedo disfrutar ahora de vosotros. Ya lo dijo alguien en cierta ocasión: hasta de lo malo puedes aprovechar algo para tu beneficio. En mi caso, por lo menos, ha sido así.
Gracias por el testimonio de vuestra visita.
Salud
El espejo cóncavo supongo que refleja tu presente y al fondo el alegórico, un muy lejano el futuro de todos espero.
(...esa maldita puerta que está siempre a la entrada de cada pueblo.)
En un mes en alguna parte de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, observaré ese mar y recordaré ese bello lenguaje universal de amor a la vida con el que describes en este post, esos mares y esas olas de esas otras llanuras.
como siempre un placer.
un gran placer leerte y releerte
Salud y un fuerte abrazo compagnon.
Espero que la visión de tu mar particular en aquél lugar de La Mancha, te proporcione toda la calma que a mi me ha dado mi regreso a aquellas tierras.
Herri, lo mismo digo con respecto a vosotros: es imposible que me eche a la blogsfera y no pase a darme una vuelta por vuestro jardín.
Tengo la intención de continuar contando alguna otra cosa de aquél viaje, -de lo que por ahí escuché, ví y pensé-, si consigo hilvanar de alguna manera todo lo que me he traído de vuelta, incluyendo alguna que otra referencia a mi visita tres años antes.
Gracias por vuestra visita.
Salud
Lo bueno de buscarse es que uno se termina encontrando, o reencontrando, como es el caso.
Gracias por tu visita.
Salud
PD: Me encanta ese final seco, abrupto, enigmático..
Saludos,
No creo que se le pueda denominar así a lo que escribiste. La descripción es mucho más que un relato sobre lo que se ve, son también las sensaciones que quedan impregnadas en el ambiente y los sentimientos de la persona que vive ese momento, visto todo ello más con los ojos del alma que con los físicos.
Un placer haber venido a tu casa y ver que por fin abriste la puerta de par en par.
Un abrazo
La puerta entreabierta nos ha dejado pasar para encontrarte de nuevo.
Es bueno mirarse en un pasado hermoso y reencontrarse en el presente a través de tus propias palabras,en el escrito que permanecia esperándote.
¡Bienvenido! Un abrazo
Así es Leo, todo lo que contamos y sabemos está impregnado de subjetividad. Por eso, creo que más que disimularla, lo que hay que hacer es procurar emplearla para llenar de nosotros mismos lo que estamos relatando.
Tan bueno, querida Chela, como reencontrarse por aquí después de un tiempo de retiro obligado que espero de sus frutos.
Muchas gracias por el testimonio de vuestra visita.
Salud
Tengo pendiente una visita por esa región donde muchos dicen que tuvo origen mi apellido.
Saludos.
Te felicito.
Un abrazo.
¡Què placer pasar por tu casa y ver de nuevo la puerta abierta de par en par!
Como el parto ha sido fructífero, ya hay una buena parte del camino hecho. Espero y confío en que el jurado se encargará de "rematar la faena".
Ya sabes de mis insanas envidias por tus viajes a la Francia de mis desvelos y cuidados, así que no te daré la lata al respecto, pero te has traído de allí un texto que se merece todos los elogios recibidos. Muy hermoso. Supongo, entre otras cosas, que porque late con fuerza propia.
¿Te he dicho alguna vez que me gusta especialmente ese tercer ojo que tienes en tu cámara fotográfica? El espejo es contemplación y trampantojo y equívoco y pasado y futuro e inversión y vida.
Un abrazo.
PD Siento no haber podido contestar hasta hoy tu comentario en mi blog. Perdón por el retraso
PD
Estimado Cósimo, es un placer para mi encontrarle por este cuaderno, mas aún cuando casualmente llevo ya un tiempo visitando el suyo gracias a la recomendación de nuestra común amiga Freia. Tomo nota, y quedo sinceramente agradecido por tal distinción y, desde luego, ya no callaré cada vez que considere oportuno decir algo al subir a las copas de sus árboles.
Muchas gracias María Jesus por tus palabras, espero seguir viéndote por aquí.
Freia, querida amiga, no sientas nada por no haber contestado hasta ahora. Según nos has contado hay algo que te ocupa, y eso es lo que importa. Te deseo la mayor de las fortunas. Gracias de nuevo por tus buenos deseos para con la criatura, por supesto te mantendré puntualmente informado si la cosa fuera a más.
Gracias por vuestra visita.
Salud